Compartiendo Recuerdos por cuarentena del virus 2

DÍA DE LA POESÍA      Por Violeta Herrero   (Argentina)

En recuerdo de la Poesía;   y de mis hijos,
que me llenaron siempre de una especial poesía.

Era la casa llena de niños y de niñas,
los propios, los ajenos que del barrio venían
y jugaban a todo, jugaban y reían.
A veces los extraño… Se fueron con la vida.

Una tocaba el piano; el otro, la guitarra,
y el tercero, muy joven, amó la batería.
Yo corría de un lado para el otro, creando
acciones, pensamientos, sueños de la familia.

El tiempo, cual capullos de luz y de ternura
los metió en mis costillas, apretados y buenos…
De nuevo mi añoranza se impregna de dulzura…

Todos volaron lejos tras llenarme la vida.
Hoy, veintiuno de marzo, estoy sola contigo,
viviendo de la Esencia que nos nutre, Poesía.

(Sla, Cuarentena, S.21 de marzo de 2020, hs. 12:19)
Va, a todos y todas los hermanos y hermanas del mundo, a través de este hermoso Rincón de amor.
(para pasar la cuarentena)
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Por Zabdiel Calvo   (Hialeah, Fl.)

1 El silencio de un hombre puede deberse a la enquistación de sentimientos vulnerables.
La causa de las antítesis nos hace condenar injustamente.
Los patrones de nuestra mente nos hacen elevar supuestamente una justicia que no da el frente. Pido a Dios perdón por alejarme, por este temor que no conoce la prudencia y el amor.
2
Mi amigo. Yo soy el silencio, tú simplemente la verdad. No quiero lastimar el frágil tejido de tu piel. La  miel de tu pecho destruye aquello que miente y mata. Eres verbo y canción amor y duda lealtad fidelidad. La vida ha tratado de destruirte pero lo que ha conseguido es hacerte crecer. En mi condición cada vez más cerca de Dios, te diviso en tu inmensidad.


SUEÑO Por María del Pilar Martínez (México)

¡Que paz! solo turbada
por un pajarillo entre las ramas,
El ruido del viento en la ventana
y el silbido de un tren allá a lo lejos.
El sueño se esconde bajo el párpado
sin mi consentimiento....
¡No quiero dormir ahora!
Mi sueño es VIVIR...
Déjame respirar el movimiento,
en esta soledad que acerca los recuerdos
y hace renacer los días muertos.
De mi nueva producción(REGALOS)



Algo para recordar-   Por Delia Marina Sanchez Marzo/2020 (Palm Bch, Fl.)

Esta noche no hay silencio, Pues un concierto de ranas
a decidido deleitarme con una música celestial y acompasada,
al derredor de mi ventana oscura en una selva mágica llamada Amazonas.
Todo en ella es sorprendente y hechizado.

Las ranas en la noche cantando serenatas
Y los grillos más tarde que con sus saltos
hacen de las ramas un sonido de un desconocido instrumento.
y si abro los ojos, los cocuyos me alumbran a través de la ventana
y el sonido de no sé cuantas criaturas que hacen de la noche el día.

Duermo poco en la noche, pero el espectáculo
es magnificente y hechizado como cuento de hadas,
de donde no se desea salir jamás.
Pero el día también lo es; las exóticas flores,
hacen de mis ojos jardines coloridos, un inolvidable
espectáculo de amor.

Entonces mi imaginación empieza a volar
Y a transportarme a lugares mágicos y esplendorosos;
la belleza de las flores y el placentero amanecer
con encantadores arreboles, hacen que mi
musa fluya como bello enjambre de golondrinas.
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CALLE  OLLEROS      (Letra de Tango)    Por Amanda Patarca (Argentina)

Olleros es mi pasado, Inés, Fernando, Pichín,
Belgrano, la casa grande que cobijaba mis sueños.
Cada uno por su lado, Sara, Mochi, ¡Cuánta gente!
Y que alegría tremenda, cuando se los vuelve a ver.
Filomena, don Albino, ventanita del silencio…
Hoy me sentí poderosa. No quise, pero lo hice:
Derramé mis emociones sobre el boulevard de pitas.
Caminé por sobre ellas, escuchando sus chasquidos.
También pisotee barquillos hechos con harina y miel
recordándome que hay cosas, que a pesar de lo dispuesto,
por más que ya se hayan muerto, consiguen permanecer.
Hoy me adueñé, nuevamente, de aquel perfume a violeta,
del murmullo de palomas; de aquel muro y de esa reja,
la que está junto a la Iglesia, la Abadía, oscura y vieja
la que en canto gregoriano al implorar me bendice
sirviendo como testigo de mi nostalgia ambulante. 
Hoy sentí cómo a mi barrio lo transportaban mis venas.
Mil imágenes serenas se esforzaron por crecer.
Y, allí supe, que Belgrano, perdido por algún tiempo,
no fue que brilló al morir; brilló en su renacimiento.

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